Sobre esa etapa, comentaba
ERNESTO SALANOVA:
La naturaleza y el hombre, de Roces, no son dos cosas, sino una. Carlos
ha visto esto, últimamente, con absoluta nitidez. Ha visto que no está
la naturaleza al servicio del hombre, sino que es éste, el hombre,
también naturaleza. Que es el hombre, en el mundo, una efectiva sumisión
-razonante- en un medio que también está vivo. Que es, a veces, el mar:
Que es la arboleda, tostada y
magnífica, del pintor.
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